El mendigo.

Disfrazado de mendigo
va saqueando afectos
te quita el abrigo dulcemente
y te entregas a esa necesidad
desesperada
como nunca.

Le entregas el alma
y le otorgas al mendigo un poder inconmensurable.
De pronto
te clava una estaca en medio del ánima
y te destruye.

Al tiempo vuelve
disfrazado de mendigo
pidiendo perdón,
le crees y te entregas nuevamente
amas desesperadamente
como nunca,
y vuelve a clavarte una estaca
en el centro mismo de tu esencia.


Ya no vuelve a pedir perdón
se aleja dando la espalda
se va,
y sabes que es el mismo demonio
que se está alejando.